Jesús A. Cañas - twitter

2022-07-23 04:54:01 By : Mr. Sancho Wang

Entre ser unos simples manitas y convertirse en reputados suministradores de tecnología para los narcos europeos van apenas dos años. Es el tiempo que necesitaron un padre con conocimientos de pilotaje de aeronaves y su hijo para transformar unas naves de Castellar de la Frontera (3.000 habitantes, Cádiz) en lugar de peregrinaje constante de mafias europeas. Los traficantes buscaban ingeniosas soluciones para esconder portes de droga, desde dobles fondos a potentes drones aéreos. Y ellos perfeccionaron sus creaciones durante meses hasta llegar a crear tres minisubmarinos no tripulados, preparados para cargar hasta 200 kilos de droga. Uno de esos diseños, a medio camino entre lo artesano y lo sofisticado, ha lucido la mañana de este lunes en el patio de la Comisaría de la Policía Nacional en Algeciras.

Los ocho detenidos como integrantes de esta mafia logística —arrestados a principios de junio: cinco en Cádiz, donde residen el padre e hijo; uno en Ceuta y dos en Málaga— estaban a punto de entregar sus creaciones a unos narcos franceses que, según ha señalado este lunes el delegado de Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, “pensaban usarlas para importantes portes de cocaína”. El jefe de la Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco) de Algeciras, Juan Antonio Sillero, ha precisado: “Es la primera vez que se intervienen estos vehículos no tripulados en España”. Los drones submarinos —de los que los apresados llegaron casi a terminar uno— estaban concebidos para lograr unos 50 kilómetros de autonomía y transportar de 150 a 200 kilos de droga, navegando semisumergidos y guiados por GPS. “Una persona en su vivienda con una tableta y una app podía controlar la ubicación y el lugar de atraque”, ha añadido Sillero. No han trascendido ni las identidades ni las edades de los arrestados.

La banda se había dado a conocer en el submundo del narco europeo y hasta tal extremo cundió su fama que las naves que empleaban como taller en el pueblo de Castellar recibían “multitud de visitas” de mafias de Italia, Dinamarca o Francia, como ha detallado el mando policial. “Tenían un renombre especial”, ha valorado. La policía se puso sobre la pista de la organización en abril de 2021, tras constatar el incremento de droga transportada en drones aéreos en la zona del Estrecho. En las pesquisas —denominadas Operación Kraken y dirigidas por la Fiscalía Antidroga del Campo de Gibraltar y el juzgado de Instrucción 1 de San Roque— también ha participado la policía francesa, a través de Europol.

Además de los narcosubmarinos no tripulados, la banda había conseguido hacerse fuerte en el suministro de potentes drones con capacidad casi industrial y equipados con 12 motores, que les daban la suficiente distancia de autonomía —unos 30 kilómetros— para cruzar el Estrecho de Gibraltar. “Por primera vez, hemos dado con una organización que realizaba todas las fases de fabricación de estos vehículos no tripulados”, ha asegurado Sillero. A eso sumaban un catálogo de caleteos o fabricación de falsos fondos de lo más variado: de vehículos a furgonetas y remolques, pasando incluso por el interior de una tabla de surf, también expuesta este lunes. Los policías tienen constatado que llegaron a trucar hasta 13 vehículos —con huecos donde se podían esconder hasta 800 kilos de material—, de los que han recuperado cuatro. Uno de ellos fue interceptado cuando se dirigía hacia Dinamarca a bordo de una grúa con 218 tabletas de hachís en el interior.

“No toda la gente está capacitada para hacer algo tan sofisticado (…). Es un paso más allá en el tráfico de estupefacientes”, ha asegurado Sillero. Y eso que la trayectoria de tecnología decomisada en el Estrecho por la Policía y la Guardia Civil da para un amplio catálogo del crimen. En marzo del año pasado, ya decomisó en la zona un narcosubmarino de nueve metros de eslora que era capaz de mover hasta dos toneladas de cocaína. Además de potentes narcolanchas equipadas con todo tipo de sistemas de geoposicionamiento, en los albores del actual cerco contra el narco, en enero de 2018, los agentes ya dieron con dos radares ocultos en casas de La Línea (también en el Campo de Gibraltar) que eran capaces de contravigilar a las fuerzas de seguridad. En ese esfuerzo constante por llevar la iniciativa, los narcotraficantes gaditanos no han dudado en usar helicópteros, en recurrir a teléfonos vía satélite o incluso al servicio de mensajería encriptado del crimen europeo, EncroChat.

Ahora, padre e hijo se enfrentan a delitos de tráfico de drogas y de pertenencia a organización criminal. Seis de los ocho apresados están en prisión provisional y la Policía da por desmantelada por completo la banda. Distinto es que los agentes tengan claro que este no será el último escurridizo invento creado por los narcos para continuar con sus portes de hachís desde Marruecos. Ingenio gaditano al servicio del crimen.

Es corresponsal de EL PAÍS en Cádiz desde 2016. Antes trabajó para periódicos del grupo Vocento. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Sevilla y es Máster de Arquitectura y Patrimonio Histórico por la US y el IAPH. En 2019, recibió el premio Cádiz de Periodismo por uno de sus trabajos sobre el narcotráfico en el Estrecho de Gibraltar.

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