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Un frigorífico lleno de comida. / OCU
El frigorífico es uno de los electrodomésticos esenciales en cualquier hogar, ya que mantiene los alimentos en buen estado. Por lo que su buen funcionamiento es importante para que los alimentos se encuentren refrigerados. Además, al tener que estar enchufado todo el día, debe funcionar bien para evitar un aumento del consumo en la factura de la luz. Estas son algunas de las piezas que podemos comprobar, según la OCU.
Si al abrir el frigorífico los alimentos o las paredes tienen hielo, hay que comprobar varias cosas. Lo primero es que el termostato esté bien regulado y no esté puesto en una posición demasiado fría. Después hay que revisar que los alimentos no están pegados a la pared. La solución a este problema es ordenar y empaquetar bien los alimentos y ver si el congelador se abre muy a menudo o si la goma de la puerta no está bien ajustada. Si este es el caso, hay que cambiar la goma de la puerta.
Si el frigorífico no se enciende, hay que revisar que el cable de alimentación está en buen estado y enchufado. También hay que comprobar el termostato y verificar que está enfriando. Se debe mirar que se trata de un problema del frigorífico y no que hay un corte de luz o que ha saltado alguno de los interruptores del cuadro eléctrico.
Lo primero que hay que comprobar es que la luz no está fundida o rota. Si la puerta estuvo abierta durante mucho tiempo, es conveniente cerrarla, dejarla un tiempo así y volver a abrirla para ver si se enciende o no. Estas luces suelen activarse gracias a un interruptor pegado a la puerta, por lo que conviene comprobar que no se ha quedado atascado. Si el problema es de la bombilla, hay que retirar la tapa, cambiar la bombilla por otra nueva y volver a poner la tapa. La bombilla cambia dependiendo del modelo y puede ir tanto a rosca como a presión.
Este es un problema que puede afectar gravemente a la conservación de los alimentos, ya que además de formarse escarcha, también repercute en la factura de la luz, ya que se desperdicia electricidad. Hay que comprobar que las patas de aparato están bien alineadas, ya que si el electrodoméstico está volcado hacia adelante, puede que no cierre bien. Es fundamental revisar que no hay ningún alimento que tropieza con la puerta y ver que la goma no está vieja.
La OCU recomienda un método sencillo para comprobar que la goma se encuentra en buen estado y, para ello, hay que colocar una hoja entre la puerta y el frigorífico, si se cae o el folio está mojado, es signo de que hay que cambiar la goma. Lo primero es adquirir una goma de recambio, comprobando que es la que corresponde a ese modelo. El recambio varía, ya que la goma puede estar pegada o fijada con tornillos.
Dependiendo de cómo esté colocada la goma, habrá que quitar los tornillos, tirar de ella o introducir un destornillador plano para sacar una parte y ya empezar a tirar de ella. Un buen método es quitar las puertas y colocarlas en una superficie plana para poder hacer la sustitución de forma más cómoda. Una vez quitada la antigua goma, conviene mojar la nueva en agua caliente para que así sea más flexible a la hora de instalarla. Una vez puesta, se debe dejar durante una hora la puerta cerrada y comprobar que cierra bien.
A veces el frigorífico hace más ruido de lo habitual. Para ver las posibles causas, hay que comprobar que la parte trasera del electrodoméstico no roza la pared y que existe una distancia de unos cinco centímetros. También se debe comprobar el interior del frigorífico, para ver si alguno de los recipientes o botellas rozan entre sí y son las causantes del ruido. Otra de las posibles razones de que haga demasiado ruido es que el electrodoméstico se encuentra mal nivelado, por lo que se debe mirar que está en equilibrio.